martes, 17 de mayo de 2011

"¡SOY EL MEJOR!"... (al día siguiente)... "¿A QUIÉN ENGAÑO? REALMENTE NO LO SOY.

¡Hola a todos! Por lo que pueden ver, el título de éste post es más bien una conversación interna, la cual creo que todos o la mayoría hemos tenido. Es decir ¿alguna vez has despertado totalmente optimista, con ganas de hacer las cosas lo mejor posible? motivándote a ti mismo diciendo "¡YO PUEDO, YO SOY EL MEJOR!" (Las frases pueden variar "soy el mejor", "soy lo máximo", etc.).

PERO, al día siguiente (o en algunos casos en unos breves minutos luego de haber afirmado algo positivo hacía sí mismo) ya no afirmamos lo mismo, sino que comenzamos a pensar "bah! ¿a quién le estoy mintiendo? yo no soy, ni seré el mejor nunca.

Entonces ¿Cómo lograr que un instante de optimismo y de positividad no se vayan más rápido que volando?

La respuesta te la doy en dos breves pasos a seguir:

  1. Define lo que afirmas: De poco o nada te servirá afirmar en un momento de entusiasmo aislado "yo soy el mejor". ¿Por qué? Porque no has definido lo que eso significa para tí. Es decir, si expresas dicha afirmación sentírás algo intenso, pero bastante breve (una emoción), pero si le das significado lo transformarás poco a poco algo no tan intenso, pero sí profundo y de larga duración (un sentimiento). Entonces, para la persona "A" que piensa que ser el mejor es simplemente una persona que no se equivoca y que hace todo bien, y que además puede hacerlo todo, la expresión y emoción que le despierta el pensar "soy el mejor" no le durará nada, porque chocará contra una pared llamada realidad. Por otro lado, la persona "B", que si se ha preocupado en definir lo que para él significa ser el mejor le durará más. Pues para "B" ser el mejor significa "ser el mejor para uno mismo", dar su máximo esfuerzo y ser feliz por simple hecho de haber dado todo de sí. Ésta persona, sabe y reconocer que es bueno en muchas cosas, y en otras no, y que por tanto no puede hacerlo todo, pero puede enfocarse en lo que más le gusta y desarrollarse en ello, sin compararse con los demás, sin descalificarse por la frustración que le producen sus expectativas de perfección.
  2. Manten lo que afirmas: Casi siempre sucede que las personas a pesar de definir muy bien lo que significa algo para sí mismas (como en éste caso "ser el mejor") emocionalmente siguen sintiendo lo contrario. Nuestros pensamientos no funcionan al igual que nuestras emociones. Las emociones tardan más tiempo en ser cambiadas. Pero para que cambien requieres de un mayor flujo de pensamientos. Por ejemplo: si has pasado diez años de tu vida pensando que "no eres bueno", entonces no esperes que en un día de pensar "si soy bueno" haya un cambio emocional rotundo. Alimenta tu mente de pensamientos realistas. Que tú te consideres el mejor no tienes por que ser un acto de positivismo, ni debes seder ante el negativismo. Simplemente, se trata de que seamos realistas. Hay muchos logros en tu vida, no los ignores, ni descalifiques. Hay muchos errores en tu camino, no los maximices, solo afrontalos y busca mejorar en ellos (y esto es igual para todos). Solo así podrás tener una visión realista de ti mismo, que te permita aceptar QUE TÚ ERES EL/LA MEJOR.
¡ÁNIMO Y FUERZA!

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