"DEJÉ DE SER QUIEN SOY, POR SER COMO ÉL/ELLA QUERÍA QUE YO FUERA"

¿Les ha pasado? No es poco frecuente que suceda ésto. Muchas personas llegan a consulta exclamando con dolor y amargura la frase que hoy es título de mi artículo.

¿Por qué las personas tendemos a hacer ésto? Suelen haber diferentes razones, pero las dos más comunes son las siguientes:

1. Por la continua exigencia de sus parejas de que cambien: Muchas parejas inician su relación de una manera muy intensa, llena de enamoramiento, en donde (como es natural) todo es muy bello y pasar tiempo juntos es lo que más desean. Mientras están en la etapa de enamoramiento, la euforia del momento genera una idealización de la persona (es decir, que solo ve los aspectos positivos e ignora los negativos). Además, idealizar al otro se hace fácil al no conocerse mucho. Al inicio cada quien muestra lo mejor de si mismo, para impresionar y enamorar a la otra persona. A medida que va pasando el tiempo, uno va teniendo mayor información de la persona y se va formando una imágen más real de la misma. Sin embargo, ésta nueva imágen (más real) no es necesariamente la más deseada, lo cual lleva a la búsqueda de ignorar dichos detalles. Ésta información "choca" contra la idealización inicial que uno fue formando de su pareja. Este "choque" entre idealización y realidad molesta tanto a la persona que busca evadir o ignorar dichas características en su pareja, sin embargo, estas son tan visibles y notorias que no logran hacerlo. Entonces, es aquí donde nace el conflicto: en el momento en que la persona al sentirse "tan enamorada" en vez de aceptar que su pareja no la complementa y dejarla ir, prefieren insistir inumerables veces (en las que terminan y vuelven) exigiendoles que "deben" de cambiar. A lo cual, desafortunadamente muchas personas acceden "por amor" (pero que en realidad no es amor). Sin darse cuenta del gran acto de desamor personal que están a punto de cometer y repetir, hasta que irremediablemente dicha relación por el desgaste de los conflictos termine la relación.
2. Por decisión propia: Ésta suele ser la más dolorosa de ambas opciones. Las cosas, por lo general, suelen darse del mismo modo que en la primera. Sin embargo, es éste segundo caso, se observa que lo que lleva a algunos a cambiar por su pareja, es la gran necesidad de "querer ser perfectos para ellos" así sea anulando sus propias características, deseos, sueños, metas y objetivos personales. Suelen creer que si lo logran, nunca dejarán de ser la imágen idealizada "que a sus parejas les gusta ver de ellos". Sin embargo, tanta represión y confusión genera grandes conflictos (no necesariamente seguidos, sino espaciados en el tiempo). Es decir, las personas en este caso, se obligan a si mismas a ser como creen que sus parejas quieren que sea. Se hace bastante visible en estos casos var como las personas dejan de tomar decisiones y de vivir disfrutando sanamente de su amor, para dedicarse a llenar un vacio que tapan con la persona que dicen amar. Desde ese momento, se puede decir que una nueva relación dependiente ha nacido, y que todos las decisiones que se tomen estarpan en funnción al miedo de perder a dicha persona y por la autoexigencia de buscar pretender ser "perfectos" para ellos. Lamentablemente, cuando estas relaciones terminan, en el caso de aquellos que cambian por decisión propia (sin que su pareja tenga la menor idea de que lo hace, aunque con el tiempo vayan percibiendo que algo extraño sucede con sus parejas) les cuesta un poco más reponerse, se sienten perdidos, sienten que han sido doblemente rechazados, no solo por la persona con la que estaban, sino principalmente por si mismos.

Es importante que sepan que en ambos casos el problema consiste en lo poco desarrollada de la autoestima de dichas personas, así como también, en la desinformación de las mismas, a la falta de guía y orientación apropiada en el momento justo.

Construir nuestra autoestima es algo que debe ser fomentado y estimulado desde los primeros años de vida. Sin embargo, ésto no quiere decir que uno no pueda construir una autoestima solida y estable en cualquier momento y etapa de su desarrollo, de su vida.

Recuerden siempre lo siguiente; para valorarme, debo conocerme (uno no ama lo que no conoce). Y éste es el único camino a la autoaceptación.

¡Mucho ánimo y fuerza!