Éste es un pensamiento que afecta a muchas parejas. Algunas se separan producto de dicha decepción, otras deciden permanecer juntas, pero sin haber resuelto adecuadamente el conflicto, con lo que su relación termina convirtiéndose en una eventual pesadilla, que en muchos casos los lleva a "terminar" y "volver" una y otra vez (es parte del error de pensar que perdonar es olvidar como les cuento en unos de mis post anteriores). A las personas nos parece muy lógico pensar que aquella persona con la cual hemos decidido empezar y mantener una relación "no debería decepcionarnos nunca", que si relamente nos "ama", entonces jamás lo hará.
Pero pensar que pueda ser verdad que una persona (por mucho que nos ame) pueda evitar decepcionarnos por el resto de nuestras vidas, es una falacia muy romántica que a muchos les gusta creer (a la cual incluso se aferran), llevando a millones de hombres y mujeres alrededor del mundo a pronunciar cientos de veces ese juramento tantas veces incumplido: "Te juro que YO NUNCA te voy a decepcionar". Pero esto nos causa mucho daño tanto a nivel personal, como en nuestras relaciones de pareja. Elegir pensar de ésta manera (que NUNCA nos decepcionará) es una manera de asegurarnos un gran resentimiento, depresión (entre otras emociones negativas no saludables) por un largo tiempo en nuestras vidas.
Los seres humanos, somos seres falibles, jamás podremos dejar de cometer errores. Y algunos de esos errores decepcionarán a las personas que amamos y que nos aman (muchas veces sin querer y otras veces incluso queriendo). Es natural que sintámos y queramos no decepcionar jamás a las personas que amamos, sin embargo, lo único que podemos hacer (que para quienes en verdad se esfuerzan por lograrlo es bastante) es vivir procurando no hacerlo, y al mismo tiempo mantener una comunicación basada en confianza, respeto y honestidad.
Ahora, es importante tener algunas cosas acerca de esto muy en claro. Primero, que existen diferentes "niveles" de decepción. No es lo mismo la decepción que te produce el hecho de que tu pareja no haya recordado tu cumpleaños o tu aniversario, que la decpeción que produce una traición como la infidelidad. Segundo, la frecuencia de las mismas. No es lo mismo que tu pareja te haya dicho algo hiriente una vez en cinco años, que a que lo haga cada semana o cada mes. Y por último, la intención. Ya que no es lo mismo que tu pareja quiera sacarte un poco de celos conversando con alguien, que a que realmente esté conversando con otros fines con esa otra persona. Toma en cuenta estos tres aspecto, al momento de evaluar si lo mejor es continuar con tu pareja, o si quizá es mejor terminar y dejarse ir.
Si amas a alguien, has tu mejor esfuerzo por no decepcionarlo/a. Y si lo haces, has tu mejor esfuerzo por enmendar ese error, y cuando lo hagas que sea por ser responsable con lo que hiciste, no por culpa (como les explico en uno de mis posts anteriores acerca de la culpa). Ya que la decepción y la culpa colindan con la manipulación emocional y el sufrimiento. Si la persona que amas te decepcionó, luego de ese primer momento de cólera, tristeza y confusión, intenta evaluar los tres aspectos que te menciono líneas arriba para determinar si lo mejor para ti es continuar o dejarlo/a ir.
¡Mucho ánimo y fuerza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario