UNO NO AMA LO QUE NO CONOCE

Cuando se habla de Autoestima, se está haciendo referencia a una serie de variables que la componen. Entre ellas están la autoconfianza, el autoconcpeto, entre otras. Dentro de éstas variables existe una que considero esa la base de las demás y éste es el autoconocimiento.

La autoestima en mis palabras es la capacidad que desarrollan las personas de valorar sus características personales en todo los ámbitos de su vida, llegando a experimentar y expresar afecto hacía las mismas (dentro de lo cual se encuentran tanto los aspectos positivos como negativos de la persona).

Alguna vez me dijeron cuando era un adolescente que tenía que "amarme a mí mismo". No entendí a que se referían, me parecía una locura la posibilidad de experimentar amor hacía mi mismo, creía que ese sentimiento uno solo lo experimentaba hacía los demás. Pensé que era una frase cliche y no le di importancia. Sin embargo, la idea de sentir algo tan bueno por uno mismo sonaba bien.

Unos años más adelante, en esa etapa en que la adolescencia estaba a su máximo nivel y todo lo que sentía se multiplicaba por diez, decidí encontrar soluciones que me llevaran a dejar de sentirme así de mal. Reflexioné y me di cuenta de que lo que me estaba faltando era lo siguiente:

1.- Confiar en mí mismo.

2.- Tener un mejor y más objetivo concepto de mí mismo.

3.- Aceptarme a mi mísmo.

Una vez que identifiqué eso y acpeté que tenía ese problema, decidí darle solución, pero no tenía la menor idea de como hacerlo. Recordé aquella frase que les comenté líneas arriba "amate a tí mismo". Bajo mi comprensión del amor y el amar en aquel entonces, lo que comprendí es que tenía que llegar a sentir un amor incondicional hacía mi mismo, tal y como amaba a mi mamá, a mi hermana, a mi sobrinita y a mi abuela y a toda mi familia. ¿Pero cómo?

¿Cómo "amas" tú a las personas que amas? No sé ustedes pero yo me respondí lo siguiente:

1.- Las cuido y las protejo. Dejé de fumar y de tomar hasta embriagarme para empezar. También comencé a cuidarme en el sentido de que no permití que nada de lo que nadie me dijera (para ofenderme) lo iba a aceptar, ni dudar de si era cierto. Así como no acepto que nadie ofenda a las personas que amo y así se hayan equivocado, las cuido, las protejo y no las juzgo.

2.- No juzgar. Eso fue vital. Me di cuenta de que yo emitía una serie de juicios descalificadores hacía mi mismo. Hacía mi imagen, hacía mi forma de ser, estaba más pendiente de mis errores y debilidades que de mis fortalezas y virtudez y eso me pesaba demasiado.

3.- Perdonarme a mi mismo. En el intento por dejar de juzgarme, sin darme cuenta comencé a sentirme culpable. Sentía que tenía la culpa de haber tenido una baja autoestima, de haberme juzgado tanto. Sin darme cuenta me seguía juzgando. Fue ahí cuando descubrí que la culpa solo lleva a las personas a limitarse a estancarse. Si te sientes culpable analiza objetivamente si en verdad lo eres. Y la respuesta es sí, entonces asumelo y dejá de lado la emoción y pasa a la acción. Deja de lado la culpabilidad y cambiala por una asumida responsabilidad, solo así podrás tomar acciones que emenden lo que hiciste. No eres perfecto puedes equivocarte al igual que todos y no es razón para que te sanciones a tí mismo más tiempo del debido.

4.- Recrearme y enaltecerme a mí mismo. Me di cuenta de que era necesario recrear y reinventar mi imagen personal. Quedarme con todo lo bueno de mí mismo y sentirme orgulloso por ello. Pero me recree a mí mismo, en los aspectos que quería dejar atrás. Dejé atrás aquella negatividad que me agoviaba, la pasividad con la callaba, el pesimismo con el que me identificaba, etc. Simplemente, les dije chau.

Éstas y muchas otras cosas son las que yo hacía al "amar" a las personas que amo y comencé a hacerlas conmigo mismo. Pero faltaba algo. Me di cuenta intentando amarme, de que no podía hacerlo del todo por que me faltaba saber quién era yo.

Y terminé en la pregunta existencial más antigua de todas:

¿Quién soy yo?

Sentí la misma flojera y pesadez que siente todo el mundo al tener que hacerse una pregunta tan amplia y para muchos difícil de responder. Pero me di cuenta de lo importante que era darse el trabajo de hacerlo.

Si lo vez como algo pesado y complicado, la pereza te va a ganar casi siempre y muchas veces te olvidarás de éste tema por ello. La verdad es que no es difícil, terminó siendo lo más sencillo del mundo. Simplemente se trataba de que a partir de esa primera pregunta, comenzara a responderme con cosas prácticas y sencillas con información básica con la que conces a cualquiera "como te llamas", "de donde eres", "que te gusta", "que no te gusta", etc. Y a medida que te vayas planteando cada vez más preguntas, intentando que cada ves vayan siendo más profundas como "a que le temes", "cuales son tus sueños", etc.

Sin darme cuenta empecé a conocerme, de una manera sencilla al comienzo. Pero desde ese momento no dejé de conversar conmigo mismo nunca. ¿Por qué?

Por que uno ama a las personas a medida que conversa con ellas, así las va conociendo, así uno le va dando valor a cada aspecto de esa persona. Si no te conoces a ti mismo, difícilmente podrás hacerlo.

Conocerse a uno mismo no es algo que uno hace una ves y ya. A lo largo de la vida uno va creciendo y cambiando, por lo que la comunicación con uno mismo debe ser permanente. Es un proceso de vida y lo bueno es que entre más veces lo practiques, más natural y automático se te hará luego y tendrá efectos bastantes positivos en tí. Por que sabrás identificar lo que piensas y lo que sientes. Sabrás por que haces lo que haces y tendrás más control sobre tus propios actos y decisiones. Se te hará más fácil comprenderte desde un principio en ves de adelantarte a juzgarte. Entre muchos otros beneficios.

¿Te amas?, ¿Te conoces?, ¿Por qué?

Ojalá las respuestas sean afirmativas, de no ser así no duden en hacer cualquier consulta como para dejar en claro y con más detalle como funciona éste proceso de amarse y de elevar el autoestima.