sábado, 23 de octubre de 2010
YO SERÍA FELIZ SI…
“Yo sería feliz si…”. Éste pensamiento que todos hemos tenido alguna vez, lo considero una de las falacias más creídas entre las personas.
¿Por qué?
Sencillamente, porque desde el momento en el cual sujetas a la felicidad a un condicional, estás hablando completamente de otra cosa, menos de aquella sensación de bienestar, paz y plenitud, a la que tanta referencia hacemos y a la que pasamos tanto tiempo buscando, muchas veces teniéndola en nuestras narices.
De alguna manera, las personas hemos formado un concepto muy simple y muchas veces equivocado de lo que es la felicidad. La felicidad es un estado del ser, al mismo tiempo que es un estado afectivo y una actitud. Se le suele asociar al “estar alegre” o “estar contento” y si bien tienen cierta relación, no deben ser utilizados como sinónimos, ya que el concepto de felicidad es mucho más amplio.
Solemos creer que la felicidad es efímera, lo cual nos lleva a percibirla como algo tan difícil de conseguir, alcanzar y mantener, que nos decimos a nosotros mismos una y otra vez la tan conocida expresión: “yo sería feliz si…” condicionando dicho estado a algún “objeto”, “acto”, “circunstancia” o “persona”, que esperamos algún día en un futuro (que ojala sea cercano, pero que vemos lejano) podamos “tener”, “realizar”, “atravesar”, “estar” (en un lugar o con una persona), etc. Para poder ser “felices”.
Sin embargo, luego de haber logrado alcanzar aquello que “creías te haría feliz”, sonríes, estás contento(a), pero pasados unas horas o minutos, la insatisfacción y la incertidumbre vuelven a uno, instalándose nuevamente en nuestras vidas, hasta que encontremos algo nuevo con lo cual condicionemos nuestra felicidad, esperando algún día volver a sentirla.
Es decir, existe una gran tendencia a ver la felicidad como algo circunstancial, si me pasa algo muy bueno hoy “soy feliz” por unos momentos, pero si me pasa algo malo ya no lo soy y puede que el malestar me dure unos días o toda la semana. Es mucho más frecuente escuchar a alguien decir “se me ha juntado todo lo malo de la semana y estoy harto(a)” (ignorando lo bueno que le haya podido pasar o no dándole la misma valoración) que escuchar “Me doy cuenta de todo lo bueno en mi vida y eso me da la fuerza y confianza en que lo malo de la semana se solucionará”.
Pasamos más tiempo pensando en las cosas que queremos tener y no tenemos, que agradeciendo aquello que si tenemos. Día a día, orientamos nuestras acciones y pensamientos desde nuestros miedos e inseguridades, desde el vacío que nos genera el no saber si tendremos o lograremos aquello que estamos persiguiendo. Cuando, deberíamos dirigir nuestros pensamientos y acciones a partir de las oportunidades que nos brinda lo poco o mucho que tenemos, confiando en que la felicidad se encuentra en cada paso del camino, más que en el final del mismo.
Para concluir, mi consejo en ésta oportunidad es; No maximices lo negativo, no minimices lo positivo. No enfoques en lo que no tienes, sino en lo que si tienes y agradécelo. Procura disfrutar tanto del inicio, como del proceso y el final de cada experiencia de tu vida. Cambia el “yo sería feliz si…” por un “yo soy feliz porque…”
Y si tienes dificultades para plantearte esto y llevarlo a cabo, sabes que puedes escribirme y yo haré todo lo posible por ayudarte y guiarte en el proceso.
¡Fuerza y ánimo!
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Muy verdadero, "La felicidad no esta alli, la felicidad esta en ti" - Pablo Mames ;)
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