¿Quién no ha tenido alguna decepción o desilución amorosa? Muchas son las personas que han pasado por momentos muy dolorosos a traves de sus diferentes relaciones de pareja. Ya sea por maltrato psicológico o físico, infidelidades, entre muchas otras cosas.
El dolor es tan intenso que para muchas personas se vuelve algo muy difícil de manejar y un constante temor a volver a ser dañado en el futuro. Pero por mucho que a uno lo hayan dañado, casi siempre volvemos a experimentar el deseo de volvernos a enamorar. De encontrar a ese alguien que nos encante y que finalmente no nos haga lo que nuestras relaciones anteriores nos hicieron ¿verdad?
Quizá si has pasado por algo como esto, y en estos días, semanas o meses has encontrado a alguien de quien te estás enamorando o ya te enamoraste le hayas preguntado algo que es muy común preguntar; "¿Tú no me harás daño no?". y probablemente te responda "no jamás". Lo cual no está mal, quizá tenga la intensión real de nunca hacerte daño. O quizá si.
El problema no es la pregunta, ni la respuesta. El problema es el temor que uno arrastra de relaciones pasadas a su actual relación. Y dependiendo de la intensidad del mismo y de lo mucho o poco que se haya manejado el mismo, pues se puede determinar la gravedad y el impacto que éste tenga en tu actual relación. Ya sea durante o al terminarse.
Confiar implica arriesgar. Y para arriesgar debemos medir que tan seguro es el terreno. Pero ¿qué pasa si vemos que el terreno no es seguro pero igual nos dejamos llevar por las emociones en vez de lo que sabemos? y por otro lado ¿qué pasa si vemos que el terreno es seguro pero no dejamos de vivir en base al miedo que tenemos de que nos pase una vez más lo mismo?
Al analizar riesgos, solo vez probabilidades. Pero las posibilidades siguen ahí. Creo que todos quiseramos que exitse una relación donde exista la certeza absoluta y firmada en un contrato donde te garantisen que no habrá daños. Pero no es así. Así que si estás dispuesto a asumir la responsabilidad que implica asumir una nueva relación, con todo y riesgos medidos, ¡pues bien! Pero si no lo estás, es mejor que pienses bien si vas a seguir saliendo con esa persona o si entras en una relación. Pues poco o nada ganarás
pidiendo "no me hagas daño por que ya me lo hicieron por favor". Por que la única persona que puede velar realmente por que a uno no le hagan daño, y que cuando se lo hagan superarlo... es uno mismo.
¡Mucho ánimo y fuerza!
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