Quizá éste sea uno de los juramentos más frecuentes que cientos de miles de millones de personas alrededor del mundo, a lo largo de la historia se hayan hecho a sí mismas en diferentes momentos de sus vidas.
Juramento que casi todos (o probablemente todos) nos hacemos, pero que casi nunca cumplimos. ¡Y que bueno! Es decir, es natural que luego de una ruptura amorosa uno experimente un gran sufrimiento emocional, y que el razonamiento de uno tienda a ser el de evitar a toda costa y de por vida la posibilidad de volver a experimentarlo. Es muy probable que de la gran confusíón que produce atravesar por circunstancias como éstas haya nacido la tan dañina incongruencia popular de que "el amor duele" (los invito a leer mi post "El amor NO duele"). http://puntoseroes.blogspot.com/2011/02/el-amor-no-duele.html
Pero el problema no es el juramento en sí mismo. Porque es natural que luego del impacto emocional, uno experimente un rechazo ante la sola idea de conocer a alguien con quien salir o de empezar una nueva relación. Y con más razón a la posibilidad de volverse a enamorar. Sin embargo, el problema nace cuando uno se dispone a cumplir con dicho juramento por más tiempo del debido, evitando situaciones y personas constantemente, con la finalidad de cumplir con el juramento.
Como les decía, a muchos puede llegar a parecer lógica la "solución" de que si enamorarte te dolió entonces no lo vuelvas a sentir. Pero esto implica una constante negación y represión de nuestras emociones, lo cual es un pasaporte directo a la frustración en infelicidad. Enamorarnos es un proceso natural y saludable en las personas, bloquearlo está muy lejos de ser una solución. Al contrario solo incrementa nuestro sufrimiento emocional, pues se convierte en una importante fuente de insatisfacción personal.
Negarnos a la posibilidad de volver atravesar por un estado que es beneficioso para las personas en todos los aspectos (emocional, fisiológico, etc) en algún momento de nuestras vidas (luego de haber logrado cerrar nuestro duelo) es en definitiva uno de los peores errores que podamos cometer. Dejar de "vivir" por evitar el sufrimiento "no es vivir" o por lo menos no plenamente. Enamorarse es una rica fuente de emociones positivas como la alegría, de ilusiones, de fantasía, de motivación, de inspiración, de dsifrute, de pasión, endorfinas y dopamina gratis la mayor parte del tiempo, del día y de nuestros sueños.
Si no te fue bien en tu última relación, no es porque te enamoraste, el problema siempre comienza cuando olvidamos que una relación no se mantiene por el enamoramiento (en una parte si), pero el mantenimiento y prosperidad y armonia de una relación dependerá en la complementariedad, y sobre todo en el que tanto hayan aprendido a amarse ambos.
Enamorarse implica asumir riesgos (que no impliquen un peligro, como elegir enamorarte de alguien a que a todas luces no te conviene por que todo el mundo sabe que no ha sido fiel nunca en su vida) y responsabilidades, con uno mismo y con el otro. Como casi todo lo que es bueno en la vida. Así que si llevas mucho tiempo evitando enamorarte, quizá podrías plantearte como una buena meta para éste nuevo año dejar de hacerlo.
¡Mucho ánimo y fuerza!
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